El Tantra es una filosofía milenaria que puede cambiar la concepción que tengas sobre la sexualidad. Aunque sus orígenes son desconocidos, todo apunta a que podría provenir de la India, y sus enseñanzas empezaron a hacerse en el Tibet y China.

La teoría dice que la parte divina de esta filosofía está formada por lo masculino y lo femenino, Shiva y Shakti, aunque en la práctica se practican diferentes ejercicios como masajes y caricias para expandir esa sexualidad.

Mucha gente relaciona el tantra únicamente con los masajes, y eso es un error porque realmente va mucho más allá. El tantra, engloba muchos aspectos de la vida, más allá del contacto físico. De hecho, en muchos masajes tántricos ni tan solo se toca a la pareja ni sus genitales. Pero hay otros en los que sí hay contacto físico con el acompañante recurriendo a los “masajes eróticos” y de ese modo, podemos conectar con nuestro acompañante
con diferentes técnicas y caricias. Se pueden utilizar diferentes complementos para mejorar el proceso, como los aceites de masaje, las velas aromáticas, el incienso, etc. Otro punto clave es poner música relajante y rebajar la luz, así se crea una atmósfera acogedora y muy sensual.

Los masajes piel con piel

Los masajes piel con piel son de los más sensuales, ya que se estimulan las zonas erógenas tales como el cuello, los genitales o los pezones. Lo más importante es lubricar bien el cuerpo con aceite y dejaros llevar por la pasión, los olores y las sensaciones. Debéis coordinar la respiración respirando por la nariz de una forma pausada.

 

masaje tantra

Cómo aumentar el placer con el masaje tantra

La mejor forma de llegar a un orgasmo en un masaje tantra es no querer llegar a él y la mejor forma de alargarlo es disfrutándolo y hacer que nuestra mente deje de pensar para degustar cada sensación. Este es el truco del orgasmo.
Los orgasmos son una liberación de energía y para ello deberás de centrarte en tus sentidos y los de tu acompañante en cada momento. Tenemos que dejar los pensamientos a un lado y centrarnos en los estímulos que sentimos adentrándonos completamente a ellos. El roce entre los cuerpos y las caricias triplican las sensaciones y el placer.
Si somos plenamente conscientes de lo que está pasando a nuestro alrededor y nos mostramos sensibles a las sensaciones que nos genera la otra persona, el sexo se vuelve un acto totalmente espiritual, como si fuera una meditación.

Mantener el contacto visual con tu pareja mientras realizáis un masaje tántrico es muy importante, puede llevaros a experiencias sexuales mucho más intensas.

En definitiva, debemos de disfrutar del sexo en todos sus exponentes. No te reprimas, experimenta. Provoca que el mundo se desvanezca a vuestro alrededor. Con respeto, amor y gratitud por cada sensación vivida.