¿Masajes eróticos entre hombres? ¡Pues claro, no todo el mundo quiere masajes de mujeres!. Muchos hombres encuentran muy placentero un buen masaje erótico realizado por otro hombre y más si éste es un especialista.

Aunque las personas -por suerte- tenemos múltiples fantasías eróticas, muchos de nosotros somos pudorosos a este tipo de temas, y nos perdemos la oportunidad de explorar nuevas maneras de placer de nuestro cuerpo.

Experimentando la sensación que te da un masaje erótico lograras liberarte, dejarte llevar, relajarte y derretirte de placer, así que ¡anímate a probar!

El masaje erótico es toda una experiencia

Es evidente que el masaje para mujeres y el masaje para hombres es diferente, en el caso de los hombres, para conseguir una excitación total, se estimulan todos los sentidos del cuerpo, para ello no solo nos centramos en el tacto y el roce entre cuerpos, sino que el ambiente, el lugar donde tiene lugar el masaje también desempeña un papel fundamental.

La vista, el olfato y el gusto deben formar parte de la experiencia. Utilizar velas aromáticas o incienso, la luz tenue y la música son importantes.

Cómo funcionan los masajes eróticos para hombres

Para relajar a un hombre con un masaje, también conocido en la tradición tántrica como masaje lingam, una buena manera es empezando por la espalda y dejando los genitales para el final del encuentro, pues el objetivo de los masajes eróticos es la estimulación del placer, la sensualidad y la excitación en última instancia.

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En la estimulación del pene se usan las dos manos en sentido ascendente y descendente, de manera suave, primero de manera lenta sin dejar de lado los testículos, el perineo y el escroto.

Encontrar el punto P

Llegados a este momento, el siguiente paso será masajear el punto “P”, también conocido como el punto “G” de los hombres y se localiza en la próstata, de ahí su denominación.

Hay dos maneras de acceder a esta zona de tremendo placer para los hombres, una zona erógena en la que una caricia atinada genera sensaciones eyaculatorias sin que necesariamente haya una eyaculación.

Una vía de acceso es la interna, a través del ano y la otra es la externa, donde, por si no lo sabías, el punto “P” lo localizamos entre la franja que va de los testículos hasta el ano, palpando la zona, se adquiere el mismo placer que de manera interna.

Te animamos a quitarte de prejuicios y venir a nuestro centro de masajes y disfrutar de un magnífico masaje erótico en Barcelona a manos de un hombre o una mujer, como tu prefieras.

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